procrastinación

El perfeccionismo es como una montaña rusa sin fin. Incluso cuando crees que el trabajo está hecho, una voz interna te sugiere que el resultado es insuficiente. Seguimos reajustando el proyecto hasta que sea «perfecto» y caemos en un patrón de procrastinación. El proyecto nunca estará terminado porque siempre faltará algo.

El deseo de ser perfecto puede funcionar de dos maneras.

  • Te quedas atascado en el «proceso de desarrollo», donde siempre falta algo.
  • Te limitas a planificar y diseñar el proyecto ideal sin pasar a la acción.

En ambos casos, el proyecto final nunca llega a donde uno quiere.

Hace siete años, me entusiasmaba la idea de crear un blog para compartir mis experiencias de viaje. Pasó un ciclo completo hasta que me motivé para crear finalmente este proyecto. Aun así, no fue hasta el día en que comprendí que el perfeccionismo era una forma de procrastinación.

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“Veamos cómo se ve hasta ahora”

Si eres como yo -alguien que a menudo sueña con un sinfín de ideas pero lucha por llevarlas a cabo- este blog es para ti. Créame, yo pasé por eso y, a veces, sigo pasándolo.

En este artículo, quiero presentarte los consejos de los antiguos filósofos estoicos que me han ayudado en mi proceso continuo de superación del miedo. Además, quiero proporcionar herramientas y recursos en línea para ayudarte a ejecutar ese proyecto en tu mente.

¿Perfeccionismo o Procrastinación?

Para entender el trasfondo del perfeccionismo, primero debemos comprender de dónde viene. Como seres humanos, medimos constantemente el éxito basándonos en estándares sociales y estamos programados inconscientemente con una narrativa de triunfo moldeada por lo que han conseguido nuestros familiares o amigos.

Sin embargo, intentar convertirse en la mejor versión de uno mismo basándose en las expectativas de otra persona es frustrante. Seguimos perfeccionando y planificando, pero nunca ejecutando.

Ahí perfeccionismo se convierte en procrastinación.

La frustración a veces empaña la alegría de todo el proceso y hace que nos centremos sólo en el resultado ideal. Queremos conseguir el trabajo de nuestros sueños o construir un proyecto de éxito sin pasar por el paso a paso.

Retrasar nuestros proyectos no tiene que ver con la pereza, sino con nuestra incapacidad emocional para afrontar el proceso. Según la Dra. Fuschia Sirois, profesora de psicología de la Universidad de Sheffield, entramos en ciclo de la procrastinación crónica cuando nos cuesta gestionar las emociones negativas que rodean a una tarea.

Quería crear contenidos, pero siempre tenía miedo de lo que la gente pensara de mí. Quizá si decidía hablar de un tema en el que no era experta, la gente me juzgaría. ¿Y si decía alguna estupidez?

Mi falta de decisión y acción distaba mucho de ser una simple falta de gestión del tiempo. Se trataba de cómo afrontaba estados emocionales como la ansiedad, la inseguridad, la frustración y las dudas sobre mí misma.

El Perfeccionismo en el Estoicismo

Los antiguos filósofos estoicos, como Marco Aurelio y Epicteto, advertían de los peligros de apegarse demasiado a los resultados externos. Para los estoicos, el valor del logro proviene del proceso y del aprendizaje diario, no sólo del resultado final.

En el estoicismo, el concepto de Amor Fati, o amor al destino, es una invitación a abrazar el proceso. Esta mentalidad estoica nos anima a sacar lo mejor de cada situación y a aprender de cada paso que damos.

Da miedo cambiar de trabajo, empezar un proyecto o emprender un nuevo camino en la vida. Pero da aún más miedo quedarse en un lugar donde ya no somos felices. Aceptar que el proceso y el movimiento son partes inherentes del logro.

Para mí, escribir este blog ha sido una gran manera de creer más en mí misma. Me he dado cuenta de que el conocimiento no proviene de la planificación, sino de la acción. Y aunque surjan el miedo y la ansiedad, yo soy quien decide si alimentarlos o no.

Epicteto dijo: «Lo importante no es lo que te ocurre, sino cómo reaccionas ante ello». Los mayores obstáculos están en nuestro interior y en cómo percibimos cada situación.

¿Cuántas veces nos hemos criticado por nuestros errores o nos hemos juzgado por no avanzar lo suficientemente rápido? ¿Y si, en lugar de eso, fuéramos más agradecidos y celebráramos nuestros logros?

Si celebras los micro logros, interiorizas tu progreso y te centras en tus pasos. La gratitud vencerá a la procrastinación y la frustración.

Recuerda: El progreso no consiste en grandes saltos, sino en pequeñas victorias.

Técnicas para Dejar de Procrastinar

Para los estoicos, el verdadero logro es la autodisciplina. Cuando comprendemos que no podemos cambiar de la noche a la mañana, transformamos la narrativa de nuestra mente.

Piensa en cualquier afición que tengas: pintar, escribir o tal vez un deporte. Ser bueno en algo suele ser el resultado de una acción continua.

Los grandes cambios surgen de los microhábitos. Si mejoras sólo un 1% cada día, en un año te convertirás en un experto.

Habrá días en los que la motivación no exista, y puede que nunca llegue. Puedes pasar a la acción y generarla o centrarte en la falta de inspiración. La acción es la forma más rápida de superar la procrastinación y el miedo.

Quiero compartir tres técnicas de algunos de mis autores favoritos que me han ayudado en este viaje. Pasé de ser la chica que soñaba con tener un blog a la que realmente lo escribe.

Si escribo bien o no, lo determinará la práctica y el proceso, no el miedo.

Técnica 1: Las Acciones Pequeñas son más Digeribles

Imagina que tuvieras que comerte un filete de carne gigante. ¿Es más fácil comérselo de un bocado o trocearlo?

Lo mismo ocurre con nuestros objetivos. Establecer objetivos gigantescos y difíciles o centrarnos en el progreso de las demás personas genera frustración y ansiedad, lo que sólo retrasa nuestro proceso.

 Procrastinación
¿Qué Me Está Pasando?

Por ejemplo, en lugar de decir: «Quiero crear un blog», dividí el objetivo en minitareas:

  • Ver un vídeo de YouTube sobre cómo crear un blog.
  • Escribir el primer artículo.
  • Recibir comentarios y aprender de mis errores.
  • Escribir dos blogs al mes.

El proceso no es lineal y nunca lo será. Empecé este blog en noviembre, pero lo interrumpí mientras estaba de vacaciones en Colombia. Ahora lo he retomado. No se trata de ser perfecto, sino de retomar el hábito.

Un gran recurso para incorporar la acción a tu rutina es Hábitos Atómicos de James Clear.

Técnica 2: La Regla de los 5 Segundos

Hace unos meses leí La regla de los 5 segundos de Mel Robbins. Este libro me voló la cabeza y reprogramó mi forma de enfocar los hábitos.

La procrastinación empieza por la mañana, cuando posponemos la alarma. No todo el mundo es madrugador, y yo desde luego no lo soy. Empezar proyectos y levantarme temprano me resultan igual de difíciles.

En su libro, Robbins compara la acción con el lanzamiento de un cohete. Cada vez que le costaba dar un paso, contaba hasta cinco y se lanzaba a la acción.

No le des a la procrastinación espacio para habitar en tu cuerpo, y los resultados te seguirán. Otro consejo añadido a este método es fijar plazos. Un proyecto sin plazo no es más que un deseo.

Cuando mezclas acción con plazos, tu cerebro procesa la tarea de forma más tangible, lo que facilita su ejecución.

Técnica 3: Diario y Seguimiento del Progreso

Mi herramienta favorita, que llevo utilizando más de cinco años, es escribir un diario. Escribir tus pensamientos de forma autorreflexiva te permite desglosarlos y ganar perspectiva sobre un problema.

Cuando escribes a diario, incluso sobre pequeños sentimientos, abres tu mente y tu corazón para identificar la raíz del problema.

¿Es falta de gestión del tiempo o miedo?

¿Falta de estructura o ansiedad?

¿Podría estar hablando tu Síndrome del Impostor (SI)? Aquí encontrarás más información sobre el SI.

 Procrastinación
“Viejos caminos no abrirán nuevas puertas”

Mientras escribes tu diario, habla de tus micrologros. Registra las acciones que has emprendido para alcanzar tus sueños. Si alguna vez te asalta el pensamiento de «no he hecho lo suficiente», vuelve a tus notas y comprueba lo que has conseguido. Para mí, esto es como un abrazo al alma.

Conclusión

El perfeccionismo no es más que una forma de posponer las cosas para evitar enfrentarnos a nuestras emociones. La mayoría de nosotros hemos pospuesto la acción simplemente porque tememos no cumplir las expectativas de los demás o ser criticados.

Como enseñaban los estoicos, el éxito viene del proceso, no sólo de los resultados. Ser dueños de nuestra mente y convertirnos en nuestros aliados en los momentos difíciles es un camino hacia la autoconfianza.

Existen muchas técnicas para superar la procrastinación, pero ninguna funcionará a menos que reprogramemos nuestra mente. Apropiarse de nuestro proceso es la única forma de romper viejos patrones y avanzar hacia nuestros sueños.

¿Has experimentado la procrastinación? Comparte tu opinión en los comentarios o escríbeme a IG @the_migrant_journey.

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